
El encaje puede definirse como un tejido ornamental y transparente que se hace a mano y se adorna con bordados. Se llama encaje porque al principio, se solía hacer entre los bordes de dos tiras paralelas de lienzo, como si fuera una labor encajada entre ellas, y se denominaba asimismo randa, del alemán rand (borde u orilla) porque suele bordear a otra pieza. Por esta misma causa, y por terminar en picos o dentellones, se conoce también con el nombre de puntas o puntilla (en francés, dentelles) aunque este nombre se aplica en España sólo a los encajes pequeños y dentellados.
El encaje propiamente dicho se diferencia del bordado sobre malla o sobre cualquier tela muy transparente en que no exige un tejido previo, como lo requiere el bordado.
Se distinguen por lo común en los encajes dos elementos constitutivos del mismo:
• el dibujo o bordado que ofrece forma geométrica en sus comienzos y tiende más a la interpretación de la fauna o flora natural, desde el siglo XVII.
• la red sobre la que se destaca el anterior. Está constituida por un conjunto de bridas que unen los dibujos entre sí, las cuales forman en muchos casos una verdadera red de cuatro o seis lados. Pero algunas veces llegan a ser tan cortos los hilos de unión que se tocan los dibujos entre sí, dejando espacios calados y sin bridas.
Los hilos preferidos para los encajes son siempre los de seda y lino por su finura y resistencia, y sólo para encajes o puntillas muy vulgares se hace uso del algodón o equivalente. Con ellos, se une a veces, algunos hilillos de plata u oro para realzar el dibujo. Se llama blonda al encaje de seda (del alemán blond, rubio), pues en los comienzos de su confección en Francia, solía tener color amarillo*
Es interesante saber que lo que ahora está de moda tiene sus inicios en el siglo XVI y según cuentan los libros nace en Venecia, pero hay qué ir más atrás en la historia para ver que los tejidos transparentes datan de las antiguas civilizaciones de oriente, pero en Italia se le da un uso importante en cuellos, mangas y ropa elegante para hombres y mujeres.
Cabe destacar qué España es un país qué también usó, usa y seguirá usando el encaje, sobre todo en trajes flamencos.
Me alegra saber qué la moda es cíclica y qué las telas que usaron esas mujeres distinguidas y elegantes de siglos pasados ahora las podemos combinar con accesorios modernos y femeninos.
El vestido de encaje más bonito que he visto entre las marcas low-cost esta temporada ha sido el de Massimo Dutti. Me encanta su diseño, muy vintage, blanco puro, con una manga francesa más corta y un escote circular más sensual.
Vestidos cortos, de encaje, la mayoría en blanco. No hace falta decir más para pensar en la combinación lógica: el negro. Dale realce al encaje blanco con lencería negra, se ve sexy y está de moda.
Las blusas también pueden ser una opción para looks más estilo lolitas. Se pueden combinar como queramos. Las faldas de tubo son una gran elección, pero también podremos optar por faldas con mayores vuelos.
Consigue que el encaje negro sea apto para el día al combinarlo con unos joggers de print animal.
Hoy hablo del encaje, esta tela que nos muestra qué siempre volvemos a lo básico y así debe ser nuestra vida, jamás pensar qué los valores y el respeto eran cosa del pasado, me toca vivir una época difícil donde los seres humanos pensamos qué ser libres es no tener límites ni respeto, ni ideales, no me atrevería a decir que algo está bien o está mal, pero lo qué si quiero compartir es qué el hombre por naturaleza tiene la necesidad de creer, confiar, actuar, qué mejor que retomando valores universales como la lealtad, la verdad, la amistad, la bondad, la humildad, el trabajo.
Las mujeres jugamos un papel importante en este día a día, somos pilares de hogares, del trabajo responsable y duro en los centros laborables, seamos mujeres integras, llenas de cosas positivas que externar, en un nivel de respeto y confianza, donde tengamos la capacidad de decisión para salir adelante en cualquier circunstancia.
Preocupémonos por nosotras, seamos femeninas, para gustarnos, para vernos al espejo y saber qué el mundo es nuestro y en este agosto siempre llevando encaje, esa prenda tan dulce y a la vez sensual.
Sonrían siempre.
*www.wipimedia.com
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