jueves, 19 de mayo de 2011

Mujeres XXI


Mujer en el siglo XXI
¿Por qué me pasa esto?
¿Por qué yo?
¿Para qué sucede ahora?
Muchas preguntas que hacemos las mujeres en una etapa de nuestra vida, pierdes amistades, lugares, trabajos, personas y después te das cuenta que tenía que suceder para después ganar.

Al final lo verdadero siempre va a permanecer.

Todo lo que pasa diariamente son experiencias para lo que viene, lo que nos espera y si lo sabemos encausar siempre será más enriquecedor el futuro que el pasado, porque somos seres ambiciosos, con tendencia a mejorar, somos seres perfectibles.

Ahora me encuentro trabajando como servidor público en mí Estado, con gran orgullo, que se desborda hasta llegar a las lágrimas.

Eran las doce del día del día 15 de enero de este año y cantábamos todos el himno a Tlaxcala, mi piel se hizo chinita y me sentí privilegiada de ser tlaxcalteca, de amar a mi tierra, no sabía que días después regresaría para poner en marcha todo eso que me enseño mi segunda casa, Puebla, toda la formación de mi alma mater y la gran oportunidad que tuve de convivir 7 años con maestros, doctores, expertos en sus ramas y lo más valioso en mi formación, el tener un maestro de vida, si así es el Rector de la BUAP.

¿Qué tiene que hacer una mujer de 32 años que ha pasado más de la mitad de su vida estudiando y trabajando?

¿Cuál es el camino que se tiene que tomar cuándo el destino ha puesto muchas pruebas fuertes en esta corta vida?

Conviví mucho tiempo con un grupo de mujeres que solo tenían un fin, casarse, sin que existiera respeto, orgullo, satisfacción y lo más importante, amor hacía la pareja, no entendí porque una mujer en el siglo XXI tomaba la decisión de vivir como mi abuela, que por obligación y por exigencia de su tiempo la sociedad le imponía casarse “como Dios manda” y soportar todo, lo bueno y lo malo “porque es tu marido”, “aguántate por tus hijos”, “un divorcio en la familia jamás”.

Pensé que había perdido amistades, pero ahora que convivo con un grupo de mujeres jóvenes, trabajadoras, empresarias, emprendedoras, presidentas de comunidades e instituciones, funcionarias, señoras de la tercera edad con ganas de progresar y escuchar, en lugar de juzgar y vivir en la mediocridad, buscan primero que nada su persona, encontrar su lugar en el mundo, basado en el respeto a sí mismas, pensando en ser mejor cada día, para poder dar lo mejor de ellas cuando llegue la persona con la que compartirán, por uno, dos, tres años o lo idóneo, toda la vida.

Si quieres ser grande, júntate con los grandes; sentada en una pequeña terraza pienso como llegue hasta el día de hoy y me llena de satisfacción haber vivido cada momento, llorado cada lágrima y reído tantas veces, visto paisajes hermosos, saber de otras culturas, probado otros sabores, conocido tanta gente, eso me hace grande y a la vez quedo igual de pequeña, esperando que el tiempo me siga mostrando la inmensidad de cosas que tiene para mí.

Amo cada instante que comparto con la gente, escucho cada palabra, y lo que me ayuda, lo guardo en mi mente y en mi corazón, es lo que me impulsa a tener vocación de servicio, humildad y un gran temple para dejar de lado lo que me frena para crecer.

Escucho la alegría de la hermana que nos comunica el nacimiento de la sobrina y siento su emoción, el agradecimiento en sus palabras por tener ese ser humano que acaba de llegar y que ha dado la alegría más grande en la familia, recibo un mensaje que me pide opinión para tomar una decisión a cerca de cambio de empleo, le han ofrecido un mejor sueldo y una mejor posición, leo un mail de una amiga diciéndome que está preocupada porque un camión tenía que salir hace una hora y se ha complicado la puntualidad, me escribe otra amiga su entusiasmo por la apertura de un nuevo negocio, en la comida oigo con atención como a otra de estas mujeres el novio le ha pedido matrimonio en un lienzo charro frente a toda la gente, y vibro porque esto es una realidad, es genuino.

A diario leo las buenas noticias con las que grito y enloquezco, las malas con las que he llorado, escucho los consejos de la gente mayor, siempre para mejorar y eso es lo que quiero, ser una mujer intensa, una mujer de este momento, rodeada de gente que viva este año, no en el pasado.

He llegado a trabajar al lado de una gran mujer, que es líder, por su responsabilidad y su humanidad, diario aprendo algo y sobre todo a decir “tienes razón” porque aprendizaje es lo que mi corazón necesita, tengo la disponibilidad de hacer las cosas no bien, si no excelentes.

No quiero hacer lo que marca una sociedad, que ni nombre tiene, quiero hacer lo que muchas mujeres han dejado de hacer, tener amor propio, permitir que un hombre las humille, mendingar respeto, no tener el mínimo de confianza y todo esto para “cumplir”.

Leo, vivo, escucho, bailo, hablo, como, duermo al máximo, trabajo para una sola persona, el es el gran coordinador de mi Estado, el Señor Gobernador, que llego para cambiarlo y cambiarlo para bien, me encanta la idea de ser parte de este cambio, porque soy mujer y se me ha tomado en cuenta por mis cualidades intelectuales, eso pasa ahora en mi Estado que alguna vez fue muy machista, ahora las mujeres ocupamos puestos Públicos de gran importancia, tenemos voz.

Quiero ser parte de esa generación que va a modificar el rumbo de este país, odio la deslealtad, la corrupción y las costumbres que estancan a la gente, no concibo a las mujeres que leen chismes en revistas del corazón, no soporto las apariencias, no comulgo con las mujeres que se escudan en los hijos para no hacer su responsabilidad como mujer.

Amo a las mujeres que se atreven a vivir en su tiempo, a tomar decisiones que mejoraran su rumbo, respetan a su pareja y le dan el lugar que merece, no más, no menos, admiro a las mujeres que estando solas miran hacia adelante con gran confianza en sí mismas, en este mundo competitivo, que gira a la velocidad del rayo, como dice mi precioso Bosé, adoro esas reuniones donde damos puntos de vista con buenos argumentos o malos pero al final expresamos lo que pensamos.

Felicito a aquellos hombres que han dejado que las mujeres formen parte de las instituciones, porque somos capaces de ser amas de casa, profesionistas, mamas, esposas o compañeras.

Respeto la libertad de expresión y de preferencias sexuales, que no tienen nada que ver con la calidad humana.

Quiero ser ciudadana del mundo, vivir en el siglo XXI, ser el resultado de todas esas mujeres que han luchado por el derecho al voto, por la igualdad de género, esas mujeres que han cambiado la historia.

Mujer no es sinónimo de debilidad, mujer es igualdad, respeto, libertad, cariño, fortaleza, solidaridad, abrazo y amor, llenas de locura, histeria, con hormonas que hacen que seamos adorables e insoportables.

“Dios no la creo a la mujer de la cabeza del hombre para que lo dominara y estuviera arriba de él, tampoco la creo de los pies, para que la pudiera pisar, Dios creó a la mujer de la costilla del hombre, para estar siempre cerca de su corazón”.

Solo vive y vive en el siglo XXI, porque ya llego.